Neptuno es el dios romano del mar, equivalente a Poseidón en la mitología griega. Originalmente, era un dios de agua dulce, pero se le asoció con el mar al integrarse con Poseidón. Neptuno vive en un palacio dorado bajo el mar, gobernando sobre dioses, ninfas y criaturas marinas. Es hijo de Saturno y Ops, y hermano de Júpiter y Plutón. Los tres hermanos se repartieron el mundo: Júpiter recibió el cielo, Plutón el inframundo y Neptuno el mar.
Neptuno es conocido por su tridente, con el cual puede crear tormentas y formar nuevas masas de agua. Generalmente es representado con cabello oscuro y una expresión majestuosa. Se le considera el creador de los caballos y estaba casado con Salacia, con quien tuvo varios hijos, incluyendo a Tritón. Además, tuvo muchas otras relaciones amorosas que produjeron descendencia, como el cíclope Polifemo.
En la mitología romana, Neptuno también tiene una relación compleja con su hermano Júpiter, con quien conspiró para derrocar en una ocasión. Como castigo, fue obligado a servir a los mortales. Los romanos celebraban el festival Neptunalia en su honor, especialmente durante los calurosos días de verano para pedir alivio de la escasez de agua. El planeta Neptuno lleva su nombre en honor a este dios.
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Neptuno y su fuente en Zaragoza
En Zaragoza se le honra con la Fuente de Neptuno o Fuente de la Princesa. Fue la primera fuente de Zaragoza, construida a principios del siglo XIX. La fuente original estaba situada en la Plaza de la Constitución (actual Plaza de España), con un pilón circular y una pirámide truncada adornada con delfines y caños de agua. Encima de la pirámide, una columna dórica sostenía una estatua de Neptuno.
Inicialmente, se planeó abastecerla con agua de los manantiales Ojos de Pinseque, pero debido a la falta de fondos, se optó por utilizar el agua del Canal Imperial del Ebro. La construcción comenzó el 14 de octubre de 1833, financiada por una suscripción voluntaria, y se completó el 24 de julio de 1845.
En 1902, la fuente fue desmontada y reemplazada por el monumento a los mártires en la Plaza de España. Las piezas se almacenaron y en 1935 se reconstruyó en la arboleda de Macanaz, pero no se puso en funcionamiento. Finalmente, en 1946, se reinstaló en la Glorieta de la Princesa en el Parque Grande José Antonio Labordeta, donde permanece.
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Las inscripciones que pueden leerse en ella:
Primera:
La sangre derramada
Por religión y Patria en este sitio
De mártires sin cuento
La base riega de este monumento.Segunda:
Para eternizar
El primer acto de fidelidad
A Doña Isabel Segunda,
Como Princesa de Asturias.
Zaragoza 1833.Tercera:
Ni á mejor Princesa
Ni á pueblo más fiel
Ni en suelo más ilustre
Pudiera dedicarse esta memoria.Cuarta:
Se principió en 1833.
Llegó el agua en 24 de julio de 1843
Gobernando como ReinaLa que había sido jurada Princesa.